La Cultura Dominicana
La cultura dominicana se basa, fundamentalmente, en la conformación de dos culturas madres: la española y la africana. Tiene poco de indígena o nada, puesto que en menos de 50 años los indios habitantes de la isla de Santo Domingo en 1492, fecha en que Don Cristobal Colón pisó estas tierras, fueron abolidos por los trabajos forzados.
La cultura dominicana existe. Y no porque sí. Existe por fuerza de una historia de 500 años formada en los sudores fulgurantes de los esclavos, la llegada del europeo a estas tierras y una mezcla inteligente del fajo de costumbres y culturas en convivencia durante cinco siglos.
El merengue dominicano es un cadencioso y alegre que ha logrado extender su brazo fuera de las fontreras nacionales y aposentarse en los salones de bailes de todo el mundo. Dentro de sus máximos exponentes contamos con las figuras de Joseito Mateoy Luis Alberti, o los contemporáneos Johnny Ventura, Juan Luis Guerra, Wilfrido Vargas, Fernando Villalona y Sergio Vargas, que han exportado nuestra música con gran éxito a playas extranjeras.
El carnaval dominicano es quizás una de las muestras más contundentes de la cultura dominicana, celebrado cada año en la confluencia de las fechas de celebraciones patrias, 27 de febrero y 16 de agosto.
Es difícil visitar la República Dominicana y no dejarte llevar por los ritmos contagiosos de un baile que ya no tiene fronteras. El folklore dominicano se vive a través de su artesanía, su música, su colorido y su gente. Sin embargo, el que más enriquecedor y popular, la expresión del pueblo dominicano es el merengue, el ritmo con más trascendencia que, generación tras generación, ha crecido y ha vivido una importante evolución musical. El pueblo dominicano se distingue porque vive día a día del compás de su música vernácula y como dice su famoso estribillo del carnaval "baila en la calle de día y baila en la calle de noche".
El Merengue
Este ritmo musical nació entre 1844 y 1850. Su origen humilde. Hacía referencia a hechos cotidianos y en algunos casos se convertía en una auténtica provocación de tal manera que durante un tiempo llegó a prohibirse en algunas regiones. Sin embargo, su ritmo caliente y sensual derribó cualquier barrera. Con el tiempo, orquestas sinfónicas nacionales y extranjeras han llegado a interpretar los acordes de compositores dominicanos como Julio Alberto Hernández, Juan Francisco García, Rafael Solano, quienes han marcado la historia del merengue y lo traducen como la gran tradición nacional, símbolo de la cultura y pasión dominicana.
EL merengue vive de la magia de la güira, la tambora y el acordeón. Estos son los instrumentos principales utilizados para intrepretar los ritmos de su música. Sus sonidos seducen al hombre y la mujer que entrelazados se desplazan por la escena del baile, mientras los espectadores se contagian de los vibraciones musicales.